Entendiendo «Vuelto un 8»: Una Expresión Dominicana de Caos

En el vernáculo dominicano «vuelto un 8» describe una situación de completo desorden o caos,originada en la forma retorcida del número 8. Implica que algo sencillo se ha enredado ocomplicado innecesariamente, degenerando en un desastre.

Esta expresión popular aplicada a obras públicas se ve reflejada en la renovación del Kilómetro 9 que no solo señala desorganización física, sino también incompetencia administrativa y malaplanificación, convirtiendo lo que debería ser una mejora en una pesadilla laberíntica.

Para los dominicanos, esta frase evoca frustración y recursos desperdiciados, siendo especialmente apta para describir el caos del tráfico. En el contexto del Kilómetro 9, «vuelto un8» es, desafortunadamente, una descripción precisa de su realidad.

La importancia estratégica del Kilómetro 9
El Kilómetro 9 de la Autopista Duarte es la principal puerta de entrada a Santo Domingo, conectando la capital con las regiones norte y central del país. Con un flujo de aproximadamente 70,000 vehículos diarios, es una de las rutas más transitadas de la nación.

Históricamente, ha sido una autopista con un notorio cuello de botella, causando horas de tráfico, razón por la que, la administración actual se comprometió a resolver este problema con una modernización integral.

Vista aérea de la Autopista Duarte. Fuente externa.

«El Kilómetro 9 no es solo infraestructura, es el corazón palpitante de la conexión de nuestra capital con el resto del país. Cuando esta arteria está obstruida, toda la nación siente el impacto económico».

Más allá de la congestión, los retrasos en el Kilómetro 9 tienen profundas implicaciones económicas que afecta la productividad nacional con la ralentización de la entrega de bienes. La modernización de este corredor se concibió como un símbolo clave de progreso y gobernanza eficiente que beneficiaría a millones y demostraría el compromiso con el desarrollo de obras de infraestructura con gran impacto en los ciudadanos.

Corredor y Distribuidor de Tránsito
Un corredor de tránsito es una ruta principal diseñada para facilitar el flujo continuo y eficiente de vehículos a larga distancia, conectando puntos importantes.

Un distribuidor de tránsito es una infraestructura vial compleja, como un cruce a varios niveles, cuya función es gestionar y distribuir el flujo de tráfico entre diferentes vías, permitiendo cambios de dirección y accesos sin interrupciones mayores.

Vehículos circulan por La Autopista Duarte. Fuente externa.

En ese sentido, se suponía que la obra en el Kilómetro 9 sería precisamente eso: una solución vial que permitiría un desplazamiento ágil de todos los sistemas de transporte que entran y salen del Distrito Nacional. La expectativa era que el tráfico norte-sur hacia las avenidas Luperón y Los Proceres, y viceversa, fluyera sin obstáculos.

Sin embargo, la realidad es que este punto, a pesar de haber aumentado sus carriles a 14, se ha convertido en un embudo o cuello de botella de proporciones épicas. La razón está en la secuencia, pues pasa de 4 carriles a 14, para luego regresar a 4 o incluso 3 carriles, lo que impide que la obra sea efectiva o eficiente. Además, la presencia de estaciones de pasajeros a nivel del suelo añade interrupciones significativas a la movilidad, agravando el problema.

Fallos de ingeniería: cuando el diseño se encuentra con la realidad

Las deficiencias técnicas del proyecto Kilómetro 9 son cada vez más evidentes y es que, ingenieros externos han identificado fallos de diseño que contradicen principios básicos de construcción, impactando la seguridad y la funcionalidad de la obra, a saber:

Superficies irregulares: Cambios de elevación peligrosos entre carriles, que causan accidentes, especialmente bajo la lluvia.

Organización ilógica de carriles: Transiciones abruptas y señalización inadecuada fuerzan maniobras peligrosas. En adición, las rampas de salida carecen de la distancia mínima para una incorporación segura.

Otro elemento importante a destacar es que este proyecto que se anunció en 2021 y, que inició su construcción en 2022, bajo la premisa de ser una solución integral para este tramo de la vía, ha sido ejecutado de manera  intermitente, razón por la cual al día de hoy no se tiene una fecha certera  de inauguración o conclusión  pese a que entró en operación en  2024.

El agujero negro financiero: ¿A dónde se fue el dinero?

El costo real de este proyecto, hasta el día de hoy, sigue siendo una incógnita, ya que inicialmente fue anunciado en 2022 con un presupuesto de RD$900 millones, pero la cifra escaló a RD$1,500 millones poco después. Posteriormente, su costo real se diluyó al integrarlo dentro de los RD$18,000 millones destinados a la ampliación total de la autopista Duarte. Estos datos nos llevan a precisar que aun con la inversión cuantiosa del gobierno no se ha materializado una solución vial adecuada.

El costo humano: Más allá de las estadísticas y los presupuestos

Más allá de las fallas técnicas y las irregularidades financieras, el proyecto del Kilómetro 9 ha tenido un sacrificio horas hombre significativo. Durante años, cientos de miles de dominicanos han sufrido interrupciones diarias, transformando la promesa de mejora en una fuente constante de frustración.

«He tenido que empezar a salir de mi casa a las 5:30 a. m. en lugar de las 6:15 solo para llegaral trabajo a tiempo. Son 45 minutos de sueño que pierdo todos los días debido a estasupuesta ‘mejora’. Hagan las cuentas: son casi 4 horas de mi vida perdidas cada semana». María Estévez, empleada de banco y viajera diaria.

«Mi restaurante cerca del km 9 perdió el 40 % de su negocio durante la construcción. Tuveque despedir a seis empleados, personas con familias. Ahora que está ‘terminado’, pero siguesiendo caótico, los clientes aún evitan la zona. Apenas estamos sobreviviendo». Rafael Guzmán, dueño de restaurante.

«Como conductor de minibús, esta obra me aterroriza. Los carriles irregulares, lassalidas confusas… gasto más combustible ahora, hago menos viajes y ganomenos dinero». Carlos Jiménez, chofer de minibús.

Quizás el daño más preocupante sea la erosión de la confianza pública. La situación del Kilómetro 9 ha generado un creciente cinismo sobre los proyectos de infraestructura gubernamentales, citándose como prueba de incompetencia. Esta pérdida de fe en la capacidad gubernamental es un costo incalculable que afectará la gobernanza en los años venideros.

La paradójica posición del presidente

La postura pública del presidente sobre el Kilómetro 9 es desconcertante. En una reciente conferencia de prensa, declaró que la obra «no tiene fecha de inauguración» a pesar de ser utilizada a diario por miles de dominicanos. Esta retórica revela la difícil posición de una administración incapaz de inaugurar con orgullo un proyecto defectuoso, pero no dispuesta a reconocer sus deficiencias.

«Inauguraremos la obra del Kilómetro 9 cuando esté completa, y estará completa cuando estélista. No hay una fecha específica».

Declaración presidencial

Esta ambigüedad crea una laguna política conveniente, permitiendo a la administración evitar la responsabilidad al afirmar que el proyecto sigue en curso, a pesar de que los ciudadanos ya experimentan sus deficiencias. Este limbo de «pre-inauguración» es un enfoque preocupante para la rendición de cuentas en obras públicas.

La paradoja se acentúa con el continuo destaque del proyecto en los materiales de campaña como evidencia de logros, con vallas publicitarias mostrando una imagen idealizada que contrasta drásticamente con la realidad. Esta desconexión entre el mensaje y la experiencia vivida se ha convertido en fuente de bromas y un símbolo de las promesas incumplidas.

El Dr. Leonel Fernández, en 2020 y en 2024, presentó al país un proyecto integral para la solución vial no solo del Kilómetro 9, sino también de todo el Gran Santo Domingo. Este proyecto propone, primero, un intercambiador urbano soterrado donde converjan todos los sistemas de transporte (el Metro, la OMSA, los minibuses y microbuses, los autobuses privados, los taxis y hasta los motoconchos), combinado con un tren ligero que alimentaría todo el sistema. Además, planteó un sistema de viaductos que permitiría el flujo en todas las direcciones.

El PRM tiene el país vuelto un 8

El desastre del Kilómetro 9 es una poderosa metáfora de los problemas de gobernanza de la administración actual, revelando deficiencias sistemáticas en la planificación, ejecución y rendición de cuentas que afectan el desarrollo de la República Dominicana.

Este patrón angustioso de grandes anuncios seguidos de retrasos, sobrecostos inexplicables, fallas técnicas y negativa a reconocer errores se repite en todos los sectores, desde la salud hasta la seguridad pública.

Así como el Kilómetro 9 está «vuelto un 8», también lo está la gobernanza del país. El camino prometido hacia el progreso se ha tornado un laberinto de ineficiencia y opacidad.

El km 9 no es solo un proyecto fallido, sino un monumento concreto de una administración gubernamental que ha «vuelto un 8» al país en una versión retorcida de lo que prometió sería al frente de la administración del Estado.

«Cuando un gobierno no puede ejecutar con éxito ni siquiera las mejoras de infraestructura más sencillas después de cinco años y un gasto masivo, revela verdades fundamentales sobre su capacidad para gestionar los desafíos mucho más complejos que enfrenta nuestra nación».